domingo, 25 de abril de 2010

¿QUE PAIS TIENE LA MEJOR COMIDA?



La chaqueta blanca de cocinero de un peruano en el extranjero (Fernando Quiroga Ascue)por unos momentos se vio engalanada por una franja roja, como una camiseta del equipo nacional.



Trabajo en la cocina de una conocida línea de cruceros. Debo confesar que la tarea es sumamente agotadora, pero también debo decir que me ha dado la oportunidad de conocer hermosos lugares en Europa, África y América.

En los barcos existen personas de muchas nacionalidades, distintas costumbres, religiones y diferentes formas de pensar, pero quizás todos tenemos una característica general: el apego por la tierra, el sentimiento de extrañar el lugar que nos vio nacer y del cual estamos tan lejos, en mi caso, de mi bello Perú.

No sé qué es lo que sucede, pero cuando uno está lejos de casa el sentimiento patriótico aumenta y defiende a capa y espada las bondades de su patria, resalta las maravillas de su país, y en mi caso, obviamente, dentro de esas maravillas esta nuestra cada vez más valorada comida peruana.

Eso sucedió una tarde en que comentaba con dos compañeros de trabajo --uno filipino y el otro jamaiquino-- acerca de las bondades de nuestra gastronomía y que esta ya está considerada dentro de las tres más importantes a nivel mundial. En un principio ellos me escuchaban atentamente, pero como es natural, hubo una réplica en la que ellos decían que cualquier persona puede decir que la comida de su país es la mejor del mundo. Por supuesto que yo respondí mencionando las ciudades en las que había estado y en las cuales había encontrado un restaurante de comida peruana, y mencione Barcelona, Roma, Madrid, Miami, Nueva York, Boston, Aruba, Bonaire, San Juan de Puerto Rico, e indiqué además que incluso en algunas de estas ciudades había más de dos locales. En la conversación también les pregunté si ellos habían encontrado algún restaurante de comida filipina o jamaiquina, a lo cual ellos no respondieron, y empezaron a argumentar y defender su posición hasta que nos enfrascamos en una discusión.

Es entonces que un camarero chileno llamado Francisco se acercó a nosotros, escuchó por un momento el motivo de la acalorada discusión y se hizo parte de la misma, comentandolo siguiente: “El peruano tiene razón, debo admitir que ellos tienen una gastronomía fantástica y una riquísima variedad de productos que poquísimos países tienen”, y luego añadió: “duele admitirlo, pero así es”.

El pecho se me llenó de orgullo, hubo algún bosquejo de lágrimas en mis ojos, una serie de sentimientos que creo se pueden resumir como patriotismo. Después de esto no había más que decir, estaban más que claras las razones por las cuales yo defendía mi posición, y debo confesar que me retiré de esa inmensa cocina gritando a viva voz “¡¡¡ Perú, carajo, Perú !!!”.

Por unos segundos sentí que mi chaqueta blanca tenía una franja de color rojo similar a la de la camiseta de la selección y que estaba celebrando el gol que nos daba la clasificación al mundial. Qué fantástica sensación y emoción, espero que alguna vez ustedes sientan lo mismo, porque es un sentimiento tan mágico como nuestro mismo Perú.


Fernando Quiroga Ascue


Fuente :El comercio

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