viernes, 26 de junio de 2009

LA ATENCION: EFECTO ZEIGARNIK


El uso que hacemos de la atención nos distingue a unos de otros más, quizá, que la propia inteligencia. La atención determina lo que tenemos en la conciencia, y por ello resulta cardinal en nuestro rendimiento profesional.

Se trata de un recurso limitado, y por eso hemos de gestionarla debidamente: si nos obsesionáramos con las metas, peligraría la solidez de la tarea; si lo hiciéramos con ésta, podría peligrar la consecución de aquéllas.

- El efecto Zeigarnik es aquel fenómeno según el cual recordamos bien las tareas pendientes, inacabadas, interrumpidas, y solemos olvidar los detalles de aquellas otras a las que hemos dado carpetazo (dar por terminado un asunto, interrumpirlo. Ej: Como los resultados no eran buenos, dieron carpetazo al proyecto. ).

- A veces, en nuestro trabajo cotidiano, nos precipitamos en dar carpetazo a los temas, en retirarles nuestra atención, y perdemos así la oportunidad de incubar iniciativas, mejoras, novedades valiosas.

- La atención es un recurso limitado, una especie de energía psíquica que activa nuestro capital humano; se habla mucho de la gestión del tiempo, pero también hemos de gestionar bien la atención.

- Más que la inteligencia, es el uso de la atención lo que nos distingue muy visiblemente a unos de otros. Unos se dirigen más a los fines y descuidan los medios, y otros se detienen en los medios y pueden olvidar los fines.

- El efecto Zeigarnik puede conducir a olvidar lo aprendido una vez aprobado un examen, especialmente cuando lo que perseguimos es un título o diploma. Por eso y por muchas otras razones, hemos de gestionar mejor la atención.

Podemos, desde luego, vincular la atención con elementos como la conciencia, el pensamiento, la intención, la voluntad, la energía psíquica, el interés, la memoria, la intuición, la autenticidad… En efecto, también con la autenticidad: somos auténticos cuando vivimos el aquí y ahora (mindfulness), cuando estamos en lo que estamos, cuando decimos lo que pensamos; y somos, por el contrario, falsos, cuando mentimos, pero asimismo cuando tenemos la cabeza en un asunto o lugar distinto.

Y tampoco es vana la relación de la atención con la intuición, y por ello con la creatividad. No se pierdan cuatro puntos muy cardinales: la intención, la atención, la intuición y la actuación. ¿Qué decir, por otra parte, de la relación de la atención con la memoria? La primera nos permite grabar información en la memoria consciente; lo demás se deriva a la gran reserva del inconsciente, para nutrir nuestra potencial intuición. En este punto les recordaría el efecto Zeigarnik, ¿recuerdan? Es aquel fenómeno según el cual recordamos bien las tareas pendientes, inacabadas, interrumpidas, y solemos olvidar los detalles de aquellas otras a las que hemos dado carpetazo.

Por José Enebral Fernández, Director de Marketing e Innovación Nanfor Ibérica
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